Un recorrido por las conversaciones y artistas de GetxoPhoto 2025
De vuelta en el tren de MAPS, dentro del festival GetxoPhoto 2025 (País Vasco), sigo reflexionando sobre todo lo que ha pasado estos días. Participar en esta iniciativa que reúne a compañeros de diferentes escuelas de fotografía y permite generar vínculos con otros artistas, comisarios e investigadores, crea un contexto fértil para el diálogo y la reflexión crítica sobre desafíos actuales.

GetxoPhoto lleva celebrándose desde 2017 y este año cierra su trilogía entorno a las temáticas: PAUSA, PLAY y REC. La línea curatorial ─establecida por la comisaria María Ptqk─ y los eventos del festival giran en torno a temas como la imagen-documento o el mal de archivo.
Mi participación en MAPS se ha visto marcada por conversaciones con otros compañeros y por la asistencia a las jornadas profesionales que ampliaron mis referencias fotográficas. Este programa, que busca ser un lugar de encuentro, es una iniciativa única en el marco de los festivales de fotografía de España. La propuesta incentiva la creación de vínculos y promueve la reflexión y conversación colectiva entorno a la imagen contemporánea.
Comparto aquí algunas de las experiencias que más me han marcado, desde las charlas de la Encerrona, hasta el descubrimiento de obras de artistas dentro de la programación de este año.
Resonancias conceptuales en torno a París en la Encerrona
Durante la jornada profesional Encerrona Vol. 12, una de las conversaciones que se llevaron a cabo fue El agotamiento de la sensibilidad, entre Nathalie Herschdorfer, directora del museo Photo Elysée de Lausana, y Clothilde Morette, directora artística de la Maison Européenne de la Photographie (MEP) de París. La charla fue moderada por Jon Uriarte, comisario independiente.
Dado que mi proyecto seleccionado para MAPS gira en torno a los Juegos Olímpicos de París en 2024 (más información sobre Paris est un chantier aquí), fue especialmente enriquecedor poder escuchar a Nathalie Herschdorfer hablar sobre la exposición Le sport à l’épreuve, curada por ella misma.

Herschdorfer explicó cómo abordó un archivo tan vasto, compuesto por colecciones del Museo Olímpico y de Photo Elysée. Su objetivo no era simplemente destacar los grandes hitos del deporte o los nombres consagrados de la fotografía, sino entender cómo se ha representado a los atletas, los cuerpos y las multitudes de espectadores en la fotografía deportiva.
Analizar quién emite el mensaje y qué intenta comunicar es, según ella, clave para entender el sentido profundo de este tipo de imágenes.
También señaló la relevancia de los avances tecnológicos en la captura del movimiento, como ilustra una fotografía de los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, capturada gracias a la técnica del foto-finish, una cámara espacial que escanea únicamente la línea de llegada en continuo, transformando el movimiento en cronología. Este tipo de técnica dialoga con la historia del propio medio fotográfico, conectando con la cronofotografía de la época victoriana, que también buscaba representar el movimiento.
Desmitificar la nube, repensar el archivo
Por otro lado, me llamó especialmente la atención la conversación entre Marina Otero (arquitecta, investigadora y profesora en Columbia University) y Joana Moll (artista e investigadora), sobre el impacto ambiental de los centros de datos y la creación generativa de imágenes, así como la durabilidad de los archivos digitales. Una de las ideas que más me sorprendió fue la necesidad de desmitificar la noción de “la nube” como algo inmaterial y etéreo. Es cierto que aunque no acostumbremos a pensar en ello, todos esos datos necesitan almacenarse en servidores físicos, con un alto coste en recursos y emisiones de CO2.
Ambas investigadoras han desarrollado proyectos que visibilizan este impacto ambiental: The Forest de Joana Moll y Compost Computacional de Marina Otero. Durante la conversación se propusieron caminos alternativos, como crear nuevas mitologías que resignifiquen la idea de la nube, valorar estéticamente las imágenes de baja resolución frente al peso excesivo de los archivos en alta definición, o fomentar una nueva cultura del “dejar ir”, que nos permita eliminar archivos de forma consciente y recurrente en lugar de acumularlos indiscriminadamente.
Natacha de Mahieu: impacto turístico más allá de los lugares masificados
El trabajo de todos los artistas presentados en esta edición de GetxoPhoto ha sido de una sensibilidad y un enfoque reflexivo tan altos que cuesta destacar unos sobre otros. Aun así, quiero referirme a dos en particular por motivos conceptuales.

El primero es el de Natacha de Mahieu (Theatre of Authenticity). Dado que el viaje ocupa un lugar central en mi propia trayectoria artística y vital, me sentí especialmente conectada con su obra.
Natacha aborda el impacto del turismo en territorios de popularidad media, un tema menos explorado que el del overtourism en destinos masificados. Su técnica consiste en tomar centenares de fotografías del mismo lugar en el lapso de una hora y fusionarlas en una sola imagen, revelando así la acumulación de visitantes a lo largo del tiempo. Me pareció que su propuesta consigue transmitir visualmente algo que conceptualmente suele pasar desapercibido. Se reflexiona mucho sobre los destinos masificados, pero no se acostumbra a dedicar atención a los lugares que acaban sufriendo un impacto por visitas constantes y repetidas a lo largo del tiempo.
Carlos Idun-Tawiah: la fotografía como sustituto de la ausencia

El segundo artista que quiero destacar es Carlos Idun-Tawiah (Hero, Father, Friend), ya que su obra me conmovió particularmente durante el festival. Conocí su trabajo en el Opening, cuando la comisaria presentó la programación y los artistas hablaron sobre sus obras. Ya al ver sus fotografías proyectadas me interesaron visual y estéticamente, pero cuando Carlos explicó el origen del proyecto —la ausencia de imágenes junto a su padre y el deseo de reescribir esa historia mediante un biopic imaginario— se añadió una capa de lectura que aportaba todavía más significado y profundidad a las imágenes.
Su obra, que mezcla realidad y ficción, aborda tanto su experiencia personal como la memoria colectiva de la paternidad en la cultura negra. Cerró su intervención diciendo que continuará usando la fotografía para retratar la alegría, la esperanza, el amor… Su obra es también un ejemplo de cómo GetxoPhoto hace dialogar imagen y espacio expositivo en el espacio público con mucho acierto, ya que sus fotografías se encuentran en las ventanas del edificio de Correos.
Después de MAPS: encuentros en GetxoPhoto 2025
GetxoPhoto 2025 ha sido, para mí, mucho más que un evento fotográfico. Ha sido una experiencia de escucha, de replanteamiento, de conexión entre lo personal y lo colectivo. Volver de MAPS con nuevas preguntas y referencias ha alimentado mi práctica artística y mi forma de entender la imagen contemporánea.
En tiempos de sobrecarga visual y climática, es urgente plantearse cuestiones como el impacto medioambiental de los archivos digitales o nuestra capacidad para vernos afectados por los estímulos visuales. GetxoPhoto 2025 ha propiciado el espacio para plantear este tipo de debates, que siguen derivando en nuevos interrogantes a medida que se abren.
¡Nos vemos en GetxoPhoto 2026!
